La
innovación emprendedora realmente valiosa no necesita ser protegida por el Estado.
Donde otros ven dificultades, se pueden ver oportunidades. Lecciones de la polémica
de las radio-taxis y las apps.
Amenazas para el pez grande, oportunidades para el pez
chico
Las
empresas que coordinan y compiten para hacer llegar productos y servicios a los
clientes tienen algún parecido con la cadena alimenticia. Hay peces grandes,
peces chicos, microorganismos, parásitos, y de alguna cruel manera, todos
necesitan de todos. Y para mantener el orden natural, el rey del océano con su
tridente.
En
el ecosistema de las empresas la supervivencia se consigue haciendo llegar
productos y servicios a los clientes en forma rentable y sostenible. Los peces necesitan
cooperar entre sí para cumplir con sus objetivos, pero nunca dejan de competir por
quedarse con la mejor porción o por asegurar su porción por más tiempo.
Veamos
condiciones o situaciones de la cadena que pueden convertirse en amenazas para
el pez grande (el que disfruta de una posición dominante) y oportunidades para
el pez chico (el que pretende desafiar el statu quo). Los ejemplos para
ilustración son del radio-taxi, pero las condiciones son aplicables a cualquier
otra cadena.
1. Intermediarios
con miopía respecto a la esencialidad de su función.
En la cadena del taxi,
el servicio esencial es el transporte de pasajeros a medida y a pedido. La
central de radio es solamente un intermediario que facilita el encuentro
oportuno de clientes con taxistas, como fue la parada de taxis, y como ahora buscan
colocarse servicios como EasyTaxi. La miopía es creer que la posición es
derecho adquirido y nunca será cuestionada. Una consecuencia es orientar la
acción para perpetuar la posición dominante en lugar de orientarla a resolver
necesidades del cliente. Cuanto más miopía, más tentador para terceros desafiar
esa posición dominante.
2. Jugadores
protegidos por regulaciones de lógicas cuestionables o poco actuales.
En un mercado regulado, algunos jugadores resultan protegidos. Y naturalmente, cualquier jugador protegido buscará defender su posición privilegiada. Alcanza con seguir las protestas de los dueños de taxis en la prensa cada vez que la Intendencia pretende otorgar nuevas “chapas” de taxi – o sea compartir con más jugadores, para entender su motivación–. Pero quizás el contexto y las condiciones originales bajo las cuales la regulación se instaló hayan cambiado –lo cual cuestiona la existencia de la regulación en sí misma, al menos en la forma actual–. ¿Cuál es la justificación real, en esta época, para mantener la obligación de que todos los taxistas estén conectados con una central de radio? Es fácil concluir, además, que cuanto más fuerte y cerrada la protección, más fácil caer en la miopía.
En un mercado regulado, algunos jugadores resultan protegidos. Y naturalmente, cualquier jugador protegido buscará defender su posición privilegiada. Alcanza con seguir las protestas de los dueños de taxis en la prensa cada vez que la Intendencia pretende otorgar nuevas “chapas” de taxi – o sea compartir con más jugadores, para entender su motivación–. Pero quizás el contexto y las condiciones originales bajo las cuales la regulación se instaló hayan cambiado –lo cual cuestiona la existencia de la regulación en sí misma, al menos en la forma actual–. ¿Cuál es la justificación real, en esta época, para mantener la obligación de que todos los taxistas estén conectados con una central de radio? Es fácil concluir, además, que cuanto más fuerte y cerrada la protección, más fácil caer en la miopía.
3. Información
oculta.
Cuando en una cadena hay información que se mantiene innecesariamente oculta
para algunas de las partes, las partes en desventaja inevitablemente desconfían
de las que mantienen el secreto. Luego la desconfianza sirve como base para
justificar conductas no eficientes para la cadena. En el ejemplo, la apertura
de los datos de contacto mutuo entre taxista y cliente, más allá del efecto “red
social”, probablemente genere valor y menor predisposición a cancelaciones no
justificadas.
4. Jugadores
que muestran soberbia respecto al potencial de la tecnología y de cambios en la
conducta de los clientes.
En el caso del radio-taxi, las oportunidades de innovar fueron varias y hace
bastante tiempo. Hace algunos años uno de los radio-taxis implementó un sistema
para pedir servicios por la web, pero el sistema era muy poco fiable y
finalmente no funcionó. Hace años que se
podría haber explorado el uso de SMS, pero nadie lo hizo. La tecnología y la
masa crítica para instalar con éxito aplicaciones en teléfonos inteligentes ya
estaban disponibles hace por lo menos un par de años, así como la idea original,
como lo prueban iniciativas similares en otros países.
5. Soluciones
propietarias tecnológicamente superadas por el mercado.
Al parecer la solución
alternativa propuesta por una de las radio-taxis implica una inversión de al
menos mil dólares en un equipo que hoy se vende en el supermercado por poco
menos de doscientos… Es difícil imaginar qué contenidos justifican tal
diferencia. La tecnología “universal” ha ocupado en muchos casos los espacios
de la tecnología específica: cámaras de fotos y video, grabadores de audio,
GPS, consolas de juegos, libros, muchos reemplazados en gran medida por teléfonos
inteligentes.
6. Subestimar
las “apps” como simples juegos para el teléfono.
Es cierto que muchas apps no son
más que eso. Pero hay apps que bajo su aspecto juguetón y amable con el
usuario, son la cara visible –el punto de venta– de nuevos, desafiantes y muy interesantes modelos
de negocio. Los casos de nuevas aplicaciones para cobranzas y pagos en Uruguay
son buen ejemplo. La distinción entre un simple juego y una app con capacidad
de amenaza es la propuesta de valor que prometen a los involucrados, en nuestro
caso el cliente y el taxista. Si los involucrados perciben que la propuesta es más
valiosa que la actual, o sea mejores beneficios y menos costos o riesgos, tendrá
buenas oportunidades de amenazar al pez grande.
7. Aceptar
la pecera como océano rojo.
Cuando una empresa acepta que el espacio disponible
para competir y operar es el “de siempre”, se pierde la posibilidad expandir su
participación en esa cadena, o sea de convertirse en un pez más grande. Para un
intermediario, el camino cómodo y natural es defender su posición de tal, como
el caso de las radio taxis. El camino desafiante es agregar propuestas a su
participación de forma de ser, para servicios adicionales, un jugador esencial
en lugar de un intermediario. EasyTaxi en Brasil ya puede facturar el viaje con
tarjeta de crédito desde el teléfono del cliente. En otros países, aplicaciones
similares también funcionan como taxímetro inteligente: miden distancia y
duración del viaje, la combinan con la tarifa, y facturan y cobran. La batalla en
Uruguay recién empieza…
8. Subestimar
la inteligencia de los clientes y su valor como aliados incondicionales.
Cuando los clientes de
una cadena sienten que son atendidos con lo mínimo, hay terreno fértil. El aprecio incondicional de los clientes, basado
en valor genuino y no en imposiciones monopólicas, corporativas o regulatorias
es esencial para remodelar el ecosistema. Y si es adoptado por los clientes, el
cambio se vuelve irreversible. El Plan
Ceibal (el original) es un buen ejemplo; casi 400.000 niños transformados en
aliados incondicionales resultan imbatibles. En el caso de las radio-taxi,
nadie que haya probado el nuevo sistema volverá hacia atrás. Y será difícil
convencer a quienes ya usamos una de las nuevas apps que cambiemos por la nueva
aplicación oficialista, cuando la ofrezcan.
(publicado en El Observador el 18 de junio de 2014)
1 comentario:
El problema del avance de la tecnología no es solamente si la tecnología es buena para el usuario final.
Si vos mañana inventas un aparatito que pones el dedo pulgar y te hace un diagnóstico de salud completo, tornando instantaneamente innecesarios a 20 mil médicos.
Queremos como sociedad incorporar esa mejora en el servicio, reducción de tiempos y costos para los usuarios, a costa de dejar a 20 mil personas sin poder pagar las cuentas o darle de comer a los hijos?
Los tiempos de reconversión humanos requieren de una gradualidad que la tecnología disruptiva generalmente no tolera.
En mi entender si la mejora es tan buena para todos, como sociedad deberíamos incorporarla pero hacernos cargo de la transición de los que desplazamos.
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